Fundación Expedición Eólica

domingo, 25 de septiembre de 2011

DIA INTERNACIONAL DE LA PAZ







Parece insòlito que desde hace tan sòlo 10 años, cada 21 de Septiembre se celbre por una promulgaciòn de la ONU el Dìa Internacional de La Paz. Y digo insòlito porque la PAZ, ese estado de sosiego, de tranquilidad, de equilibrio,  deberìa ser un estado natural, desde siempre, y no esta convulsiòn que vivimos dìa a dìa, sobre todo en las grandes ciudades.
Este año, para celebrarlo, un dìa despuès de mi cumpleaños fui a la Plaza Los Palos Grandes donde un grupo de jòvenes de varias organizaciones como: La Rana Encantada, Plastinarte y Cultura Chacao unieron esfuerzos para celebrar esta fecha.
Lleguè con mis dos sobrinos y mi càmara a cuesta a ver de què trataba esto. Hicimos la entrada en silencio mientras la gente de La Rana Encantada, (a donde mi hermano lleva constantemente a Alejandra y eventualmente a Sebastián ) mantenìa a màs de uno embelesado con sus cuentos. Pasada media hora, ya había llegado Gero con Aisha (mi cuñada) para realizar todos juntos una tarea sùper simpàtica; hacer Postales para la Paz. La idea era que los niñitos plasmaran en una hoja lo que ellos creìan era la Paz. Algunos dibujaban arbolitos, haciendo referencia a la Paz asociado a la naturaleza. Otros pintaban corazones, unos pocos dibujaban a su familia y hasta a los perros de la casa, fue hermoso ver a esos pequeñitos plasmando ese sentimiento sùtil. Acto seguido vino el colorido con las tizas, haciendo un mural gigante, o màs bien, un mandala en el piso con muuuchos colores. De repente se anunciò que quedaban 5 minutos antes de que abrieran los chorros de la fuente y si no querìamos mojarnos debiamos apurarnos. Comenzò a salir agua y para mi sorpresa unos cuantos, apoyados por sus papàs comenzaron a desfilar hacia los chorrerones mientras se deslizaban por el piso. Nunca habìa visto esto en alguna plaza de Caracas y esperè a que llegaran a sacarlos, pero para mi grata sorpresa es una costumbre del lugar y los papàs van con su muda de ropa y toalla a esperar que estos seres terminen la gozadera de andar remojàndose en una plaza pùblica. Mientras tanto y casi para terminar, los que andaban secos tenìan otra tarea. Hacer un barquito de papel (no pude recordar còmo se hacìan) y escribir un buen deseo relacionado con la Paz para ponerlo a nadar por la fuente. Increible, eso sì, fue darme cuenta de los valores que algunos adultos inculcan a sus hijos, y esto lo digo porque escuchè a un papà diciendo a su pequeño como de 8 años, mientras hacìan el barquito con el mensaje escrito "Pide reaal, bastaaaaante real" mientras se reìa orgulloso por lo que le inculcabaa su hijo. Sentì un halo de tristeza por el señor pero seguì disfrutando mientras veìa como un minùsculo grupo, apoyados por sus papàs se bañaban en la fuente ya casi cayèndo la noche. Sentì una profunda envidia, porque no recuerdo haber podido hacer mientras estaba pequeña (o màs pequeña, pues).
Con los mensajes andando en los barquitos se despidiò la actividad, no sin antes sembrar en niños y algunos adultos los valores que representan la PAZ en un mundo tan convulsionado. Ojalà seamos capaces de ponerlo en pràctica todos los dìas.












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