FOTÓGRAFA YO ?: Un Maratón no es sólo para los que corren.

Toda la vida he sentido profunda admiración por las personas que tienen la convicción de correr por motus propio, sobre todo porque yo NUNCA he tenido la resistencia amínima para correr más de 100 metros. planos. Caminar sí, puedo hacerlo por horas pero correr lo que se llama correr, qué va.! Pienso esto y me vienen los recuerdos de adolescencia cuando en bachillerato tenía que dar dos vueltas al parque del Oeste y la primera vuelta la hacía a duras penas, además me estacionaba a esperar a mis compañeras cuando venían ya de su segunda para emparejar y llegar a la meta, arrastrada pues.!

Ahora con todo este auge de caminatas, maratones de 10Kms ,media maratón, largos, cortos, medianos, tanto que parece que estuvieses pidiendo un café y el último de envergadura, el Maratón CAF de 42 kilómetros que se corrió en Caracas me sentí con la curiosidad absoluta de ver de cerca a estos seres que viven con pasión esta actividad. Es una filosofía de vida, es como el epicentro de su existencia.

Ese día salí con mi cámara a ver de qué se trataba esto. Cabe destacar que para la hora en que empecé mi recorrido curiográfico ya los ganadores habían cruzado la meta, pero aún así quedaba muuucha gente corriendo, caminando, viviendo su experiencia desde las entrañas. Mi recorrido fue desde Campo Alegre hasta la Av. Solano con cámara en mano. Confieso que me sentí rara, rarísima porque yo estaba sola tratando de entender esto pero el entusiasmo de la gente que se paseaba por esta ciudad, que al menos por un día lucía más humana me hizo sentir cómoda. Algunos de los que paseaban frente a mí sonreían exhaustos pero miraban a la cámara, hacían gestos con sus manos en señal de que todo estaba bien. y más de un osado preguntaba para dónde iban las fotos. Fotos? eh... no son para ningún periódico, son sólo para mí, casi sonrojada. Lo primero que me llamó la atención fue la cantidad de hombres y mujeres ya entrados en años que marcaban cada paso con su respiración. Allí sentí vergüenza porque yo sólo pensaba en caminar las diez cuadras de vuelta para llegar a mi carro nuevamente.

Mientras veía el compás de los pasos que desfilaban por aquella calle caliente me impresionó ver a un señor correr descalzo, eso sí que es extremo, pensé.! No se si ya había andado 39 kilómetros así o fue algo temporal, pero no llevaba nada encima., un bolsito o algo que hiciera pensar que los llevaba guardados. Confieso que más de una vez se me agüaron los ojos, y mira que es difícil que a mi me pase, pero era inevitable con tanta energía desbordada. Hubo imágenes que quedaron grabadas en mi memoria como la del Sr. que encabeza este escrito. Después supe de él y resulta que a pesar de que es español tiene un montón de años viviendo en Venezuela y coronó la cima del Everest, pero además lo hizo con bandera venezolana. Eso me hizo pensar en cuántos logros personales estaban guardados detrás de tantos rostros que desfilaron por el asfalto caraqueño ese día. Madres emprendedoras, muchachas jovencísimas, chicos guapos, otros un tanto menos , sexagenarios en abundancia, adoloridos, aguerridos, a punto de desmayarse, amigos que ayudaban infundiendo ánimo para llegar a la meta, tendencias políticas marcadas pero aún así reinó la solidaridad, el compañerismo, la hermandad de quienes corrían y de quienes mirabamos.

También entendí que no se trataba de llegar primero sino de ganarse a sí mismo. Cada quien hacía su marca como una marca personal, Para algunos era hacer el mejor tiempo, para otros era hacerlo en un tiempo pautado para ello, otros sólo con haber intentado ya era suficiente pero lo que si había en común era que todos estaban haciendo su mejor esfuerzo. Ese día, lo que comenzó como una simple cacería fotografica terminó cambiándome el panorama, dándome una sacudida porque todos, absolutamente todos los que se atrevieron a estar allí se ganaron mi respeto y admiración demostrando que las metas se logran sólo con esfuerzo y compromiso. Mis respetos para ellos.